El estado de Hidalgo, que conmemora su 156 aniversario de creación este 16 de enero, guarda una rica historia marcada por decisiones políticas y sociales que definieron a Pachuca como su capital. La formación de esta entidad data de 1869, cuando el presidente Benito Juárez firmó el decreto que dio vida a uno de los estados más emblemáticos de México. Pero, ¿por qué se eligió a Pachuca como su sede administrativa?
Un decreto sin mención explícita
Curiosamente, la designación de Pachuca como capital del estado no está especificada en el decreto que crea Hidalgo ni en documentos posteriores inmediatos. Según información del Museo Virtual de Pachuca, esta decisión fue tácita, respaldada por las múltiples peticiones de los vecinos de diversas localidades que vieron en Pachuca el lugar idóneo para albergar los poderes del nuevo estado.
La designación no se formalizó sino hasta marzo de 1869, cuando el gobernador provisional Juan Crisóstomo Doria, nombrado por Benito Juárez, convocó las primeras elecciones desde Pachuca. Más tarde, en 1870, la primera Constitución de Hidalgo incluyó en su artículo séptimo a Pachuca como la capital.
El papel de Manuel Fernando Soto
Un aspecto clave en la historia de Pachuca como capital fue el reconocimiento a Manuel Fernando Soto, originario de Tulancingo, quien jugó un papel crucial en la creación de Hidalgo. Su legado quedó plasmado al agregarse «de Soto» al nombre oficial de la ciudad, un acto que destacó la relevancia de su labor política y social.
Evolución constitucional
Con los años, las constituciones estatales fueron ajustando y consolidando la posición de Pachuca como la cabecera del estado. La Constitución de 1920 marcó un hito al ser el primer documento en ratificar a Pachuca como sede oficial de los poderes locales, un reconocimiento que no se había incluido en las versiones de 1870 y 1894. Finalmente, en la reforma constitucional de 1979, Pachuca quedó claramente identificado como el municipio 47 y confirmado como el centro político y administrativo de Hidalgo.
Una capital con arraigo histórico y cultural
Pachuca no solo es la capital administrativa de Hidalgo; es un símbolo de identidad para el estado. Su riqueza cultural, su legado minero y su relevancia en la historia de México la consolidan como una ciudad emblemática, cuyo estatus como sede del poder refleja la importancia histórica que sus habitantes y líderes han defendido por más de un siglo.