El piñón es el fruto del pino piñonero (Pinus pinea), y no se cultiva, sino que crece de forma silvestre. Esta cualidad garantiza su valor como alimento natural y nutritivo de primera calidad. Al ser una semilla oleaginosa, presenta una elevada concentración de nutrientes energéticos, proteínicos, vitamínicos y minerales. Es un fruto seco muy asimilable, porque se toma tal cual, sin tostar ni salar, no produce sed ni sobrecarga el sistema digestivo.
Los piñones son una exquisitez mediterránea con muchas propiedades terapeuticas. Aportan energía, proteínas, vitaminas y minerales antioxidantes que actúan positivamente en el cuerpo y grasas saludables.
El piñón destaca por la cantidad y calidad de sus ácidos grasos, que sobrepasan el 68% de su peso. De ellos, un 18% es ácido oleico omega 9 –como el aceite de oliva– y un 33% es ácido linoleico omega 6.
Contiene además un 5% de ácidos grasos saturados y trazas de ácido alfa-linoleico omega 3, un 0,16%. Además, contiene una pequeña cantidad de ácido pinolénico, caraterístico del piñón, que, según algunos estudios, favorece la producción de insulina, lo que ayuda a controlar el azúcar en la sangre. Por ello es recomendable para evitar la neuropatía diabética.
Este conjunto de nutrientes favorece la salud del sistema cardiovascular porque ayuda a regular los niveles de colesterol y protege contra la creación de trombos. Además, son especialmente beneficiosos para la salud cerebral y de la piel.
Son muy energéticos y adecuados para la dieta de invierno. Diez piñones pesan 10 g y proporcionan 67 kcal, debido al alto porcentaje de grasas buenas.
Su índice glucémico es bajo, de 15, y su carga glicémica, de 2,9, es muy baja, lo que los hace aptos para las personas con alteraciones diabéticas.
Los piñones son recomendables para las personas que realizan una actividad física intensa, para recuperarse después de una enfermedad, en las etapas de crecimiento y en la dieta de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. En caso de sobrepeso, se deben tomar con moderación y acompañarlos de verduras de hoja verde oscuro ejemplo en ensaladas. Contienen un 14 % de proteínas con todos los aminoácidos esenciales en proporciones adecuadas para su máximo aprovechamiento, aunque destaca la arginina, que ayuda a prevenir las placas de ateroma y flexibiliza las arterias.
Son, también, ricos en minerales. Destaca el contenido de hierro, con más de 5,5 mg por cada 100 g, que, combinado con los 39 mcg de ácido fólico, favorece la formación de hemoglobina, por lo que es muy útil en las dietas para tratar la anemia. Por otra parte, su riqueza en fósforo, con 575 mg, favorece la formación de fosfolípidos y lecitina necesarios para la salud de las neuronas. Por ello son recomendable para el adulto mayor. Contiene, además, 250 mg de magnesio y 16 mg de calcio, minerales que fortalecen el sistema musculoesquelético. Vitaminas y antioxidantes
Su acción beneficiosa sobre el sistema nervioso se ve reforzada por la elevada presencia de vitaminas del grupo B, especialmente de B1 o tiamina, y de B3 o niacina, ambas muy necesarias para fomentar la concentración, la memoria y aliviar la ansiedad y el estrés.La fórmula del piñón se completa con sustancias antioxidantes con propiedades antiinflamatorias, como la vitamina E (9 mg en 100 g), la luteína, el zinc y el selenio excelentes para desinflamar la próstata, además de que previenen el cáncer y enfermedades autoinmunes como la artritis, osteoartritis y lupus.
Así que ya sabes consume piñones disfruta su rico sabor y aprovecha sus propiedades curativas par tener una buena salud.
Por Dra. Graciela Morán Villafuerte
FUENTE El modelo herbívoro el nuevo modelo alimenticio del homo sapiens página 286 -288

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *