Explosión por huachicol sacude a Tula: arden camionetas y crece el temor vecinal

Una nueva tragedia provocada por el robo de combustible volvió a estremecer al municipio de Tula, Hidalgo, este lunes, luego de que dos camionetas cargadas con hidrocarburo presuntamente sustraído de forma ilegal explotaran en la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan. La densa columna de humo y fuego fue visible desde varios kilómetros a la redonda, generando alarma entre los habitantes de la zona.

El estallido tuvo lugar en un punto identificado como Los Carrizos, donde elementos de Bomberos y Protección Civil acudieron de inmediato tras el reporte de los vecinos. A su llegada, encontraron los vehículos completamente consumidos por el fuego. Las unidades, adaptadas con estructuras metálicas, estaban equipadas para transportar grandes volúmenes de combustible en bidones de hasta mil litros de capacidad.

Junto a los restos calcinados, las autoridades localizaron una toma clandestina activa y más de 100 metros de manguera de alta presión, evidencia clara de una operación organizada de extracción ilegal. Este hallazgo reafirma la condición crítica que vive Santa Ana Ahuehuepan, reconocida como una de las comunidades con mayor incidencia de actividades relacionadas con el huachicoleo en el estado.

Aunque no se reportaron personas lesionadas en el lugar, el riesgo para la comunidad es latente. Los habitantes expresaron su preocupación ante la frecuencia de este tipo de hechos, que representan una amenaza constante para su integridad física y su patrimonio. La posibilidad de nuevas explosiones, incendios o incluso enfrentamientos armados mantiene en vilo a quienes viven en las inmediaciones de estas rutas clandestinas de trasiego.

A pesar de los operativos implementados por las autoridades para combatir el robo de hidrocarburos, Hidalgo continúa figurando como el estado con mayor número de tomas clandestinas detectadas en todo el país. Aunque se ha registrado una reducción paulatina en la cifra global, eventos como el de hoy evidencian que el problema persiste, especialmente en regiones donde estas redes ilegales operan con alta movilidad y estructura.

La explosión en Santa Ana no solo refleja la peligrosidad de estas actividades delictivas, sino que pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar la vigilancia, aplicar justicia y generar condiciones de seguridad real para las comunidades afectadas. Mientras el huachicol siga siendo una actividad rentable y extendida, la tranquilidad de muchos hidalguenses continuará en riesgo.

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