El sueño en algún momento de un niño ha sido ser adulto, crecer y obtener todo lo que
hasta ese momento no teníamos y anhelamos, como dinero para dulces, juguetes,
vacaciones, etc. Se crece con la idea de una libertad financiera y hasta cierto punto
moral vista desde una perspectiva ignorante ante la responsabilidad que implica
aquella que tanto se desea.
Antes soñábamos con un futuro en el cual nuestro trabajo fuera lo más cool del
mundo, dónde podías escoger entre ser astronauta, heladero, presidente o rockero;
ahora solo queremos cerrar los ojos y volver a cuando la preocupación más grande era
si llegábamos a tiempo de la escuela para ver nuestro programa favorito.
Soñábamos con dinero en el bolsillo, con coches del año y casas enormes, sin
embargo a pesar de tener más dinero en la cartera de lo que alguna vez hubo en la
alcancía, algo falta, porque en algún momento del camino experimentamos eso que no
se mide en riqueza, lujos o quilates, falta aquello que aún se encuentra en nuestra
alma en forma de recuerdo y suspiro.
Antes soñábamos con comprar sin restricciones, hablar con brutalidad y sin filtros,
soñábamos con viajes excéntricos y hoteles con elegancia interminable, soñábamos
con victorias enormes en las cuales pudiéramos gritarlas a todo pulmón y el mundo
nos notará.
Soñábamos con responsabilidades ligeras y adrenalina pura, soñábamos con noches
de fiestas en las cuales fueran imposibles de olvidar, que nos sintiéramos tan vivos e
imparables como si fuésemos una fuerza más de la naturaleza.
Soñábamos con cambiar las reglas con las que crecimos, soñábamos con nuestra
perfección hecha humildad, queríamos dejar la seriedad del entorno para ser más
salvajes.
Soñábamos con ser adultos… no por crecer sino por lo que significaba. Hoy
solamente soñamos con cosas pequeñas, simples y libres, en un mundo lleno de
tanto y nada, un mundo lleno de lujos y perfecciones no se desea la comodidad ni
exactitud, se busca aquella imperfección y sencillez como cuando éramos niños al
soñar.
Porque de niños queríamos ser mayores y ahora solo queremos ser niños soñadores
otra vez; porque así como lo menciona Twenty One Pilots, solo se “Desearía poder
volver atrás en el tiempo, a aquellos viejos tiempos, cuando mamá nos cantaba para
poder dormir.” (Stressed Out, 2015)
Siempre llevándonos a las profundidades del Ser.
Gracias por las líneas escritas y su contenido!!!!