En Ixmiquilpan, Hidalgo, la tradición y la mitología de la cultura Hñahñu cobraron vida este Rä Pa Ndhu, o Día de Muertos, con una creación única: un Catrín inspirado en el mítico Uema, una figura ancestral de los Hñahñus. Este impresionante esqueleto fue obra del cartonista Xuhua Desiderio, originario de la región y formado en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), quien realizó la estructura con materiales locales como cartón, papel de estraza, alambre y engrudo, para rendir homenaje a los seres legendarios de su cultura.

El Uema, de más de tres metros de altura, fue instalado en el panteón de la comunidad de Maguey Blanco, donde la presencia de esta figura gigante y su vínculo con el folclore indígena del Valle del Mezquital atrajo la atención de la comunidad y de los visitantes. Desiderio explicó que estos Catrines tienen una peculiaridad: “estas calaveras tienen alma”, refiriéndose a que la estructura se mueve, dándole una especie de vida que asombra a quienes lo ven. «Se pueden mover los dedos, los brazos, y parece cobrar vida», señaló el cartonero.

El proceso de creación fue una labor artesanal que requirió de muchas manos y tiempo. “Hicimos la cabeza usando globos grandes, que luego fueron recubiertos con papel de estraza y engrudo; las faeneras se encargaron de tapizarlos cuidadosamente para que el papel fuera lo suficientemente moldeable”, detalló Desiderio. La elaboración de los ojos y los orificios del cráneo fue otra parte meticulosa del proceso, ya que implicaba golpear y moldear el globo cubierto hasta obtener el aspecto deseado del Uema.

La elección de un Uema como inspiración para el Catrín no es casual. En la mitología Hñahñu, los Uemas son seres gigantes que, aunque poseían una fuerza extraordinaria, también eran increíblemente frágiles: carecían de rodillas, lo que los hacía vulnerables, y en caso de caer, sus cuerpos se rompían en pedazos que quedaban esparcidos por el campo. La palabra «Hñahñu Uema» significa “el de los pies grandes”, y en el imaginario local, algunos creen que estos gigantes desaparecieron debido a catástrofes como inundaciones o epidemias, mientras que otros piensan que aún caminan entre nosotros en las noches misteriosas.

Esta fascinante mezcla de tradiciones y creencias locales tuvo una notable acogida en la comunidad. La elaboración de figuras como el Catrín gigante del Uema no solo da vida a personajes de leyendas ancestrales, sino que también permite preservar la herencia cultural de los Hñahñus, transmitiendo sus enseñanzas y valores a las nuevas generaciones. Para el cartonista Xuhua Desiderio, estas creaciones son mucho más que figuras decorativas; representan el respeto y el recuerdo de los antepasados y la fuerza de las historias que han pasado de generación en generación en el Valle del Mezquital.

Los espectadores pudieron sentir la presencia de los Uemas y, a través de esta singular figura, recordar el misticismo de su historia y la grandeza de una cultura que sigue viva en el corazón de los Hñahñus. Las faenas colectivas para elaborar el Catrín gigante son una muestra del espíritu comunitario y del vínculo entre los habitantes, quienes continúan trabajando unidos en el respeto y la celebración de sus tradiciones.

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