De acuerdo con las condiciones socioeconómicas actuales, las personas se han visto en la necesidad de dedicar extensos periodos de tiempo en sus actividades laborales, y las empresas (públicas y privadas) estando consientes de las carencias financieras establecen condiciones laborales exigentes llegando a los excesos, y debido a la poca oportunidad laboral, las personas las aceptan para lograr la satisfacción de las exigencias del hogar.

El síndrome de burnout no es considerado un trastorno mental ni una afección física; sin embargo, en el año 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce al síndrome como una enfermedad profesional a través del sistema de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), aun cuando fue descrito por primera vez por el psicoanalista Herbert Freudenberger en 1974. Este padecimiento también es llamado Síndrome del desgaste profesional o Síndrome del quemado; el cual se caracteriza principalmente por un agotamiento físico, emocional y mental, producido por un estrés crónico debido la sobrecarga de trabajo.

Conforme al CIE-11, los principales síntomas del burnout en las tres dimensiones son:

Dimensión física: dolor de cabeza o espalda, náuseas, tensión muscular, tics nerviosos, presión arterial alta, obesidad o sobrepeso, gastritis, mayor incidencia de colon irritable, pérdida de cabello, entre otros.

Dimensión emocional: irritabilidad o enojo, ansiedad, miedo constante, preocupación excesiva, inquietud, constantes cambios de humor y desestabilidad emocional.

Dimensión mental o psicológica: dificultad para concentrarse, aumento de los errores, disminución de la memoria, propensión a tener accidentes, trastornos del sueño y la alimentación, pensamiento catastrófico y lento, desmotivación, procrastinar sin control y cambios de estilos de vida.

Cabe hacer énfasis que para realizar una primera impresión diagnóstica, deben presentarse la mayoría de los síntomas de los antes descritos en sus tres dimensiones, al mismo tiempo, por lo menos durante 6 mese consecutivos, padecidos de manera intensa y continua, y siendo forzosamente la causa el estrés laboral. No obstante, el diagnóstico certero del síndrome tendrá que ser emitido por un profesionista de la salud.

A manera de prevención del síndrome del quemado y/o tratamiento del mismo, se comparten algunas recomendaciones. Se sugiere disminuir la carga laboral en lo posible, o en todo caso administrar actividades y tiempos de la carga laboral, evitando llevarse asuntos de trabajo a casa o impedir que los mismos interfieran en momentos que deben ser dedicados al esparcimiento o descanso. Es así como también se propone disponer de espacios y periodos empleados a actividades recreativas y de entretenimiento, que fomenten la convivencia con familia y amigos. En cuanto a tareas individuales, se invita a hacer algún deporte o ejercicio, destinar espacios y tiempos al descanso, donde se esté con la mayor tranquilidad posible e incluso se sugieren prácticas como la meditación o el yoga.

Para finalizar, si a pesar de llevar a cabo todas las propuestas anteriores y se siguen presentando los síntomas del síndrome de burnout, será necesario acudir con algún profesional de la salud mental para que se atienda de manera personalizada el caso en particular a través de un proceso psicoterapéutico.

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