La reciente controversia entre el diario electrónico Nuevo Gráfico de Hidalgo y un reportero identificado como Axel ha encendido las redes sociales y los círculos periodísticos del estado. La acusación central apunta a que Axel habría plagiado una nota publicada previamente por el medio, lo que ha generado un cruce de declaraciones, críticas y divisiones entre periodistas locales.
El detonante fue un artículo sobre un supuesto desliz del secretario de Gobierno de Hidalgo, quien, en un evento público, destapó a una jueza para el proceso de elección de personas juzgadoras. Según el Nuevo Gráfico de Hidalgo, Axel habría replicado esta información cuatro horas después de que ellos la publicaran, atribuyéndola como si fuera de su autoría. En respuesta a las acusaciones, Axel recurrió a sus redes sociales para defenderse, calificándose como víctima de un ataque injustificado. Su postura despertó apoyo por parte de algunos colegas, pero también generó una avalancha de críticas por parte de otros comunicadores, quienes respaldaron al medio acusador.
Esta no es la primera vez que Axel enfrenta acusaciones similares. En 2020, fue señalado por apropiarse de una investigación relacionada con la contratación de Kaibiles por Zetas para un intento de asesinato contra Souberville. Según el denunciante, Axel incluyó dicha información en un libro sin otorgar los créditos correspondientes, a pesar de que los datos habían sido publicados inicialmente en el diario El Independiente en 2010. «Cuando lo enfrenté con pruebas documentales, se quedó callado. Ni salió a llorar ni tuvo quien lo defendiera», recordó el periodista afectado. El caso ha evidenciado una fractura en la comunidad de periodistas de Hidalgo. Mientras algunos jóvenes comunicadores respaldan a Axel, otros critican lo que consideran un intento de minimizar la credibilidad y el prestigio del Nuevo Gráfico de Hidalgo, un medio con larga trayectoria en el estado.
Por su parte, el Nuevo Gráfico ha mantenido su postura, asegurando que las pruebas están sobre la mesa y que defenderán su trabajo contra cualquier intento de plagio o apropiación indebida. Este episodio pone de relieve un debate central en el gremio periodístico: la ética profesional. La apropiación de investigaciones y la falta de reconocimiento a los autores originales son prácticas que dañan la credibilidad de los medios y perpetúan la desconfianza en el trabajo periodístico. Mientras la polémica sigue escalando, queda en el aire una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto el gremio está dispuesto a tolerar estas prácticas y qué medidas se deben tomar para garantizar la integridad del oficio?