En una manifestación sorprendente y provocadora, trabajadores y ejidatarios del relleno sanitario de El Huixmí han llevado su descontento hasta las puertas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath). Con montañas de basura apiladas frente a las instalaciones, la protesta se desencadenó tras el anuncio de la titular, Mónica Patricia Mixtega Trejo, sobre el inminente cierre del tiradero, que se encuentra al borde de su capacidad operativa.
Los manifestantes, armados con camiones de volteo cargados de desechos, han cerrado los accesos a la Semarnath y al Parque Ecológico de Cubitos, expresando su frustración y exigiendo acciones inmediatas. En medio de la crisis, los recolectores de basura han planteado tres demandas fundamentales: la renuncia de Mixtega Trejo, mejoras en las condiciones de trabajo y soluciones concretas para el problema de la basura que afecta a Pachuca y sus alrededores.
La acusación de corrupción ha sido una de las principales banderas de la protesta, con los ejidatarios señalando a la funcionaria por su gestión y falta de respuestas. Además, han subrayado las difíciles condiciones en las que operan, mencionando que los caminos de acceso al relleno sanitario son inadecuados, lo que complica su labor diaria y contribuye a la crisis de recolección de basura en la región.
La situación se ha intensificado con la suspensión de la recolección de basura en Mineral de la Reforma, lo que ha generado un efecto dominó que afecta a miles de habitantes. La incertidumbre sobre cómo se abordará el creciente problema de desechos en Pachuca se vuelve palpable entre los ciudadanos, que observan con preocupación el desarrollo de los acontecimientos.
La comunidad local se pregunta si habrá una solución viable a este conflicto que involucra no solo la gestión de residuos, sino también la integridad de quienes trabajan en el sector. A medida que la tensión aumenta, la atención se centra en la respuesta del gobierno estatal y en las acciones que se tomarán para resolver esta crisis.
Los ejidatarios de El Huixmí han hecho claro que están dispuestos a seguir luchando hasta obtener respuestas satisfactorias. La presión está en aumento, y el futuro del manejo de residuos en Pachuca pende de un hilo.