Desde el 13 de junio, Irán lanzó cerca de 150 misiles balísticos y más de 100 drones contra Israel, como represalia por bombardeos israelíes en instalaciones nucleares iraníes.
Israel respondió con ataques aéreos sobre los sitios nucleares de Arak, Natanz, Bushehr e Isfahán. Un hospital en Beersheba fue alcanzado, dejando decenas de heridos.
El ministro israelí Israel Katz declaró que “Khamenei no puede seguir existiendo”; Estados Unidos evalúa participar en apoyo —la Casa Blanca considera ataques, mientras Rusia advierte de riesgo nuclear “a milímetros” del desastre.
Alemania, Francia y Reino Unido impulsan iniciativas diplomáticas en Ginebra con Irán; la UE pide moderación y reevaluación del acuerdo nuclear.
Rusia y China instan a detener el conflicto; Irán insiste en su programa nuclear pacífico mientras el OIEA mantiene inspecciones .
Surgen condenas y llamados a contener la situación por parte de la ONU, así como evacuaciones de ciudadanos en países como China, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Filipinas .