Partir una granada es como abrir un cofre del tesoro. Sus granos rojos poseen nutrientes muy valiosos. Y hoy quiero platicarte de ellos.
La granada es la fruta carnosa del granado (Punica granatum), un árbol de no más de cinco metros de altura.
La visión de un granado en flor es tan hermosa que hasta se ganó el privilegio de formar parte de los famosos jardines colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Desde tiempos remotos, la granada, una de las primeras frutas cultivadas, ha simbolizado el nacimiento, la vida eterna, la fertilidad y la muerte, por su abundancia de semillas y su facilidad para «sangrar». También se ha asociado con el deseo y estaba consagrada a Afrodita.
Popularmente se ha recomendado a adolescentes, embarazadas y personas anémicas por su contenido en hierro. Lo que hace de la granada una fruta singular, con unas propiedades incomparables, es su riqueza en fitoquímicos como flavonoides, antocianinas y elagitaninos. La mayoría de estas sustancias son pigmentos naturales con la función de proteger la planta frente a la luz ultravioleta, las bacterias o los parásitos.
Los antioxidantes de la granada han sido objeto de muchos estudios. Las conclusiones positivas de la mayoría de ellos han convertido su jugo en un apreciado producto, a la altura del té verde o el arándano.
Expertos del Laboratorio de Investigación sobre Lípidos de Haifa (Israel) y de la Universidad de Nápoles (Italia) demostraron que beber un vaso diario de jugo de granada reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. La razón es que tiene más antioxidantes que la mayoría de las frutas y tres veces más que el vino o el té verde.
Estos antioxidantes –sobre todo un compuesto polifenólico llamado ácido elágico y las antocianinas– mejoran el estado de los vasos sanguíneos, regulan la presión arterial, reducen a la mitad el endurecimiento de las arterias causado por la oxidación del colesterol y disminuyen la retención de la variedad mala (LDL), que si está alta incrementa el riesgo de sufrir un infarto. Estos antioxidantes protegen a tejidos y órganos frente a enfermedades degenerativas.
Estudios realizados en Estados Unidos, Japón y Cuba mostraron que la granada protege frente a los cánceres de piel, mama y colon. Más recientemente se comprobó que un vaso diario de su jugo enlentece la evolución de tumores recurrentes en personas operadas de cáncer de próstata con niveles ascendentes de antígeno PSA y que se puede atribuir a la granada un efecto preventivo del cáncer de próstata en personas sanas.
Los taninos, de efecto antiinflamatorio sobre la mucosa digestiva, la hacen indicada para la diarrea. Y su ácido cítrico desinfecta, alcaliniza la orina y potencia la acción de la vitamina C y el ácido málico.
Ayuda a prevenir el cáncer. Las antocianinas de la granada disminuyen la acción de los receptores de estrógeno, lo que ayuda a prevenir cánceres como el de mama. Este efecto lo causan asimismo los flavonoides y es reforzado por la acción sinérgica de otros antioxidantes que evitan el desarrollo de células tumorales. La granada también se considera útil en la prevención del cáncer de próstata.
Protege el corazón. El consumo habitual de granada, tanto en forma de jugo como si se consumen sus deliciosos granos, es una buena forma de reducir el riesgo cardiovascular, ya que previene la concentración y la oxidación del colesterol «malo» (LDL) y mejora la elasticidad de las arterias.
Ayuda en caso de diarrea. Su riqueza en taninos hidrolizables ayuda a desinflamar las mucosas del intestino, y su contenido en ácido cítrico la convierte en un buen desinfectante, útil en caso de diarrea infecciosa.
Además, la granada, como otras frutas con abundantes semillas, ha sido sobre todo un símbolo de fecundidad y en muchas culturas se ha regalado a los recién casados, una costumbre que aún perdura en algunas regiones de China. Un estudio de la Universidad de Edimburgo ha comprobado que el jugo aumenta los niveles de testosterona un 30%. Tanto hombres como mujeres notaron un mejora del deseo sexual y del estado de ánimo. Otros estudios la relacionan con una mejora de la función eréctil, y un aumento de la cantidad y movilidad de los espermatozoides.
Los brillantes granos carmesíes son excelentes para decorar ensaladas o coronar un postre, un helado, sí como los ya tradicionales chiles en nogada.
En muchos países árabes es bastante habitual la venta del jugo de granada en cada esquina.
Así que recuerda los beneficios que obtendrás al consumir su jugo. Recien exprimido.
Colesterol. Inhibe la oxidación del colesterol malo (LDL) y bueno (HDL), lo que ayuda a eliminar el exceso de lípidos de las arterias.
Hipertensión. Aparte de favorecer la diuresis, atenúa la presión arterial inhibiendo la ECA (enzima convertidora de la angiotensina).
Trastornos digestivos. Por su acción astringente y antiinflamatoria sobre el tracto digestivo mejora las diarreas de la gastroenteritis y la colitis ayuda a aliviar los síntomas de la enfermedad de Crohn.
Artrosis. Ayuda a reducir la degradación del cartílago articular gracias a su efecto inhibidor de varias enzimas.
Infecciones. Aumenta la resistencia a la gripe y combate bacterias como la salmonella y parásitos del intestino.
Enfermedades bucales. El enjuague previene la placa. Inhibe las bacterias que causan la gingivitis y la periodontitis.
Cáncer. Contiene sustancias fitoquímicas antitumorales que contribuyen a combatir el cáncer de mama y de próstata.
Con el jugo, al tratarse de un alimento, no hay riesgo de sobredosis, ni tampoco contraindicaciones. Aunque te recomiendo lo tomes a tragos pequeños.
Aprovecha la temporada de este delicioso fruto y platícame como te va.


Por: Dra. Graciela Morán Villafuerte.

FUENTE: Cuerpo sano 374.

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