Ixmiquilpan, Hidalgo, es cuna de grandes talentos, y uno de los que más brilla en la escena musical actual es Los Camaleón, un trío que ha logrado llevar el son huasteco a nuevos niveles sin perder su esencia. Con una fusión audaz de tradición y modernidad, este grupo ha cautivado a públicos locales, nacionales e internacionales.
Integrantes y estilo
Los Camaleón están integrados por:
- Joel Ramírez – violín y voz
- Gerardo Pérez – jarana huasteca y voz
- Rodolfo Del Ángel – quinta huapanguera y voz
Su propuesta combina la fuerza rítmica y lírica del huapango tradicional con arreglos, visuales y energía escénica inspirada en géneros contemporáneos como pop y rock, logrando un espectáculo único que incluye zapateado y la improvisación característica del estilo huasteco.

De Ixmiquilpan para el mundo
Aunque sus raíces están profundamente ligadas al Valle del Mezquital, su música ya ha traspasado fronteras. Han llevado su propuesta a escenarios de Guanajuato, Ciudad de México, Estado de México y más allá.
Entre sus presentaciones más destacadas se encuentran:
- Zócalo de la Ciudad de México, un logro que los consolidó como embajadores del orgullo hidalguense.

Impacto en plataformas digitales
El crecimiento de Los Camaleón no solo se mide en escenarios, sino también en reproducciones:
- Más de 2 millones de streams acumulados en Spotify (abril 2024).
- 19 000 oyentes mensuales en 2024, cifra que recientemente se ha disparado a 47 800 oyentes mensuales.
Su tema más popular, “Un Vestido de Besos” (cover de Joan Sebastian), es un ejemplo de cómo logran unir lo tradicional con lo actual, acumulando miles de reproducciones y gran aceptación del público.
Tradición que evoluciona
El huapango huasteco, con su jarana, violín y quinta huapanguera, es símbolo de identidad cultural. Los Camaleón han encontrado el equilibrio perfecto para mantener viva esta tradición, aportando creatividad, frescura y proyección internacional.
En resumen, Los Camaleón son prueba de que la música tradicional puede reinventarse y seguir conquistando nuevos públicos sin perder sus raíces. Desde Ixmiquilpan hasta el mundo, su camino apenas comienza y su proyección promete mucho más.

