El municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo, se encuentra en el ojo del huracán tras la reciente decisión de la delegación de Cantinela de prohibir la compra y venta de productos de Coca-Cola y de Grupo Modelo, en particular la cerveza Corona Extra. La medida, anunciada a través de carteles y lonas colocadas en espacios públicos, establece sanciones de hasta cinco mil pesos para quienes incumplan la disposición.
El aviso oficial, firmado por la Delegación Cantinela 2025, enfatiza que la restricción aplica sin excepciones a todos los establecimientos de la localidad. “A toda la ciudadanía de Cantinela se le informa que queda estrictamente prohibida la venta y compra de productos de la marca Coca-Cola y Corona en cualquier establecimiento”, se lee en el comunicado que ha causado revuelo dentro y fuera de la comunidad.
Si bien esta decisión ha sorprendido a muchos, en la región no es inusual que las autoridades locales impongan restricciones con base en usos y costumbres. En el pasado, ya se han registrado incidentes donde se ha impedido el ingreso de camiones repartidores de ciertas empresas, argumentando razones comerciales o sociales. Además, es común que las comunidades establezcan sanciones económicas por el incumplimiento de faenas comunitarias o incluso por motivos religiosos.
Una decisión que impacta a pocos, pero genera gran controversia
Ixmiquilpan, municipio al que pertenece Cantinela, tiene más de 98 mil habitantes según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, Cantinela cuenta con apenas mil 531 residentes, por lo que la medida afecta directamente solo al 1.55 % de la población municipal. A pesar de ello, la noticia ha generado debate en redes sociales y medios de comunicación nacionales.
Las posibles razones detrás de la prohibición
Hasta el momento, las autoridades locales no han ofrecido una explicación oficial sobre los motivos que llevaron a esta prohibición. Sin embargo, existen dos versiones que han cobrado fuerza.
Por un lado, algunos reportes indican que la medida podría responder a un acuerdo comercial entre la delegación de Cantinela y una empresa refresquera rival, la cual, a cambio de la exclusión de Coca-Cola y los productos de Grupo Modelo, ofrecería apoyo a la comunidad mediante programas sociales o económicos. Esta hipótesis ha sido respaldada por antecedentes en otras comunidades donde marcas locales han conseguido ventajas a través de convenios similares.
Otra teoría apunta a un posible boicot vinculado a una campaña que ha cobrado fuerza en redes sociales en contra de Coca-Cola y otras compañías transnacionales. Dicho movimiento acusa a estas empresas de haber apoyado, de manera indirecta, las políticas de deportaciones masivas de mexicanos en Estados Unidos durante la administración del expresidente Donald Trump. Aunque esta versión carece de pruebas concretas, ha sido retomada en diversos espacios digitales como una de las posibles causas de la decisión en Cantinela.
Reacciones divididas
La medida ha provocado opiniones encontradas entre la población. Mientras que algunos residentes consideran que es una acción injustificada que afecta el libre comercio y la economía local, otros aseguran que podría traer beneficios si realmente se traduce en apoyos directos a la comunidad.
Por su parte, los comerciantes se encuentran en una situación delicada, ya que muchos dependen de la venta de refrescos y cervezas para sostener sus negocios. Aunque hasta el momento no se han registrado sanciones aplicadas, la incertidumbre crece conforme la noticia se viraliza y las autoridades mantienen silencio sobre los detalles de la implementación de la prohibición.
Habra que esperar si esta medida se mantiene en pie o si, ante la presión mediática y social, la delegación de Cantinela reconsidera su postura.